Durante el año 2011, dirigí un grupo de investigación de 8 alumnos. Partíamos de la base que en el mundo de hoy, las tecnologías de la información avanzan a un ritmo incontrolable. Las audiencias están cada vez más informadas y manejan con soltura estas emergentes formas de comunicación.
Ello no sólo implica grandes cambios para el público (cuyo rol es cada día más activo), sino que exige a los periodistas permanente actualización para no quedar fuera del proceso. Twitter, Facebook, Youtube y otras redes hoy son verdaderas plataformas informativas y la función periodística no puede concebirse sin ellas.
Entre ellos estaba Lesly Zurita, quien encabezó el tema “Les redes sociales y su influencia en el proceso de preparación y producción de noticias”, investigación que pretendió conocer el uso que los periodistas le dan a las redes sociales y si éste está directamente relacionado con el trabajo periodístico (específicamente en la preparación y producción de noticias de medios escritos).
Resolver esta pregunta permitirá establecer cuál es la relación que los profesionales tienen con estas tecnologías y qué impacto provocan en la forma de reportear y de materializar la noticia. La ideas es- a partir de las opiniones y percepciones de los periodistas que laboran en los diarios de la ciudad de Concepción (Chile)- extrapolar algunas ideas que puedan generalizarse a la labor periodística global.
Y aparecieron varias ideas destacables:
- Las redes sociales más usadas son Facebook (94% de los consultados tiene), Twitter (92% lo usa) y Youtube (también 92%). A pesar de esta realidad, ninguno de los encuestados (0%) manifestó haber recibido algún tipo de capacitación sobre su utilidad en la labor informativa y el 94% señala que aprendió a usarlas de manera autodidacta.
- A raíz de lo señalado en el punto anterior, podría plantearse que no existe una clara separación del uso personal (61%) y del laboral (72%). Ella revela una falta de visión estratégica del uso de las redes sociales con fines informativos y contrasta fuertemente con la consideración actual de estas plataformas como verdaderos paradigmas informativos del futuro. De hecho, el 97% de los sujetos exterioriza que las redes sociales constituyen una herramienta importante para el cumplimiento de su labor.
- La encuesta destaca lo que parece ser el principal punto a favor de las redes sociales en la labor de los periodistas: la accesibilidad. El 36% se manifiesta conectado todo el día y el 42% señala revisar el estado de sus redes al menos 3 veces al día. Casi la mitad de los periodistas (47%) cuenta con teléfono móvil con acceso a Internet, pero nuevamente aparece un dato de contraste: el 83% de los medios en el que ejercen los periodistas consultados no instan al uso de las redes sociales para trabajar. En el caso de los jefes directos y editores, el 69% no reconoce en ellos un interés por la utilidad que las redes puedan dar a su trabajo periodístico.
- Existe una alta valoración de los periodistas consultados respecto de la relevancia que tiene el uso de las redes sociales en su ejercicio diario. Un 91% las considera importantes, un 72% las valora y considera como un aporte en el proceso de detectar, preparar y producir noticias y un 75% cree que facilitan este proceso, potenciado la detección de procesos informativos actuales y futuros.
- Sin embargo, el uso de las redes sociales se circunscribe sólo a la etapa de preparación y contextualización de informaciones, sin que este uso logre permear aún la etapa de elaboración. El 50% dice no utilizarlas como fuentes primarias de información y el 36% lo hace a veces. Por su parte, el 83% señala que el uso principal de las redes es para informarse.
A raíz de lo expuesto, todo indica que la importancia de las redes sociales no es tangible ni concreta, más bien es una tendencia que no ha logrado salir de lo discursivo. Así, los periodistas, a quienes se les ha delegado el rol de administradores y mediadores de las redes, se han convertido en “community manager” o administradores de comunidades sin una directriz profesional o estratégica que provenga del dominio específico que otorga la formación académica. A raíz de aquello, se corre el riego de reaccionar ante la nueva realidad de forma superficial, fragmentaria e improvisada.
En este punto, es fundamental sugerir la incorporación estratégica de las redes sociales en el itinerario formativo universitario, pues todo parece indicar que continuarán haciendo presión en el escenario mediático mundial.
Más allá de las respuestas, lo cierto es que en el albor del homo ciberneticus, los profesionales de la información están obligados a llevar rápidamente el fenómeno de las redes sociales a la discusión académica y profesional para delimitar desde ya las acciones que permitan a los profesionales responder a estos nuevos estímulos del entorno, una nueva presión a la acción profesional, ya desafiada por la incorporación permanente de nuevas herramientas, por la rapidez, la instantaneidad y la convergencia de medios.


